Eusebio García (PP).
«Pensé que podía aportar gestión y voluntad para mejorar el municipio»
Eusebio García afronta su cuarta legislatura consecutiva como alcalde de Santa María la Real de Nieva, aunque su vida en la política municipal tiene una larga trayectoria con casi treinta años de vida a sus espaldas. -¿Qué tal la experiencia?–Siempre he estado en puestos de gestión, he sido profesor y director del colegio 29 años, y realmente la gestión y el trabajo de coordinación me gustan. También fui alcalde en la transición, entre 1975 y 1979, pero después me marché a descansar porque aquello fue muy duro y muy difícil. En la vida municipal voy a hacer 30 años. -Aunque ya hace mucho tiempo, ¿qué le impulsó a meterse en la vida municipal?–Pensé que podía hacer algo por esta sociedad que me acogió hace cincuenta años, cuando llegué aquí. Pensé que podía aportar gestión y voluntad para mejorar el municipio, no solo Santa María, y eso fue lo que me impulsó a presentarme y también mi ideología política. -Supongo que la coordinación de 14 pueblos será más complicada que en otro Ayuntamiento.–Es complicado organizar la administración municipal, pero tengo la suerte de tener un grupo de alcaldes en los pueblos extraordinario y las cosas se tratan, a veces duramente, pero con buena intención. Lo que mejor funciona es la asamblea de alcaldes, que nos reunimos tres o cuatro veces al año para ver los problemas y necesidades que hay, los medios que tenemos para afrontarlos y a pelear con otras administraciones para resolverlos.
«Hay que ser sencillo, honesto y amable con la gente»
Todo un veterano de la política municipal, Eusebio García González (PP) cumple su quinta legislatura, aunque acumula más de 30 años de experiencia en el Ayuntamiento, en diferentes etapas y cargos, desde concejal hasta alcalde, puesto que ocupa de forma ininterrumpida desde 1991. -¿Qué tal esta experiencia tan prolongada?–Estoy contento porque creo que los pueblos que cogí en 1991 no son los de este año. -¿Lo bueno del cargo?–Como dicen los militares, es un honor representar a una comunidad que me ha ido eligiendo cinco legislaturas. Y es un honor repetido cinco veces. Habrá habido errores, pero no lo habremos hecho tan mal cuando seguimos ganando. Fui representante de los maestros y eso me llevó a la política, y es una dignidad y un orgullo ser alcalde. Hay que ser sencillo, honesto y amable con la gente. -¿Y lo malo?–Que estás sometido a la crítica diaria. La política local tiene que ser realista, cercana al ciudadano y, cuando te equivocas, te lo dicen. Es duro. Hay que estar vigilante, tenso y produce cierto grado de estrés. -¿Qué le llevó a repetir?–Primero me reuní con una serie de personas y me dijeron que debía seguir. Tal y como estaban las cosas, con la radicalidad con que se me había intentado quitar de la Alcaldía, pensé que si me rajaba, me iban a machacar. El momento de marcharme lo elegiré yo.
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